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Hace mucho tiempo me empecé a preguntar, qué entrega un título universitario? Cómo se llega a ser un buen profesional?
No creo que cualquier título valga lo mismo. Sin embargo, encontré una similitud muy interesante entre todas las carreras: cuando una persona termina el proceso de aprendizaje que le merece su certificado, no sabe tanto. Sí, eso escribí. Relean la oración.
Me di cuenta después de algunos años de estudio, que lo que se rescata de horas y horas de estar sentado frente a los libros, no son los contenidos en sí, sino la capacidad de aprehender información nueva y técnicas de trabajo que abarcan los temas que se estudiaron por tanto tiempo.
Si a estudiar se aprende estudiando, y a andar en bici se aprende a los golpes, la analogía me tienta, me hace pensar que a trabajar, se aprende trabajando.
Es muy difícil que el médico recién recibido cure un paciente, el ingeniero recién recibido resuelva los problemas de una planta de producción o que el músico recién recibido se suba a un escenario y deje a la audiencia con la boca abierta.
Todo lo anterior es posible, y lo demuestran miles de profesionales día a día. Entonces, cómo funciona?
Lo que hace que un profesional sea un buen profesional, son las horas de vuelo, la capacidad de aprender y de trabajar en equipo, no la información que guarda en la cabeza proveniente de sus años de universidad, porque aquello, una vasta cantidad de veces, es banal.
Personalmente, creo que un título certifica que el profesional en cuestión se encuentra preparado para seguir aprendiendo.
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