Partiendo de la hipótesis que los seres humanos tienen aciertos y errores en todo el transcurso de sus vidas distribuidos aleatoriamente, y dando por sentado que el gobierno está formado por seres humanos, podemos deducir lógicamente que cualquier gobierno de turno tomará acciones correctas e incorrectas. Por el momento, dejemos de lado el análisis subjetivo acerca de lo que está bien o está mal.
Desde los primeros años de vida, los niños van al colegio a aprender a vivir en sociedad. Aprenden a comunicarse y a respetar al prójimo. Padres y maestros enseñan hasta el cansancio durante el crecimiento de hijos y estudiantes la importancia del arrepentimiento. Ponen énfasis constantemente en que equivocarse no está mal, pero que una decisión mal tomada debería ayudarnos a elegir mejor el camino en la próxima bifurcación.
Tal vez el modelo Kirchnerista sea el adecuado. Tal vez no. O probablemente sea el adecuado para algunos y no para otros. Pero lo que seguro no es adecuado es el extremismo que utilizan para comparar y para defender sus acciones. Los que piden libertad no piden anarquía. No todos los que piden dólares los necesitan para ir a comprar ropa al exterior. Los cacerolazos no ocurrieron sólo en Recoleta y no toda la clase media está conformada por Gorilas que obtuvieron dinero robando.
Quienes conforman este Gobierno tienen patrimonios altamente superiores al 99% restante de la Argentina y aun así están queriendo enseñar que viajar está mal, aunque sea a un congreso. Están queriendo enseñar que la libertad de opinión y acción se castiga con límites en los recursos económicos disponibles y lo que es más terrorífico, están enseñando que ser exitoso está mal.
Este Gobierno, con sus aciertos y desaciertos, puede profundizar el modelo tanto como desee, pero siempre le va a faltar una mitad para completarlo: la mitad de la retroalimentación que no quiere ver.
cuanta lucidez Brian.... y poder de síntesis. Excelente!!
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