jueves, 14 de marzo de 2013

Está bien que los ortodoxos puedan estudiar Torá en vez de ir al ejército?



Cualquier judío reconoce que la situación actual de Israel requiere, de manera imperiosa, mantener y fomentar una fuerza militar para la defensa de la Nación. Si no fuera por la determinación que tuvo la Nación Judía en reformar su estructura de defensa luego de que Francia abandonara su patronazgo, Jerusalém hubiese caído.
Indudablemente, hoy en día existen suficientes amenazas a la soberanía de la Nación como para justificar poner énfasis en la seguridad doméstica.
Sin embargo, éstas son consideraciones de carácter circunstancial. Si bien hoy en día Israel está bajo asedio, no se puede vivir suponiendo que uno estará hostigado por siempre. Si no se lucha para obtener un porvenir pacífico en el futuro, ¿para qué sufrir?
El ejército es una necesidad, pero una necesidad temporal. El Israel de la paz y la cultura no debe ser opacado por las amenazas bélicas. La enseñanza de las yeshivot infunde un valor a la Nación, le da su esencia de Nación Judía. El estudio es lo que le da valor a la Tierra, que de lo contrario sería un desierto seco de cultura. Renegar la religión con el pretexto de salvaguardarla es lo mismo que fundir todo el oro de un reino para labrar armas para defenderlo.
Dijo Rabin en su discurso en Oslo, 1994 “La vista desde el avión es imponente: mares azules, bosques verdes, montañas grises y tejados rojos. Pero también hay cementerios, tumbas que se extienden hasta el horizonte”. El sueño de Rabin se cumplirá: la guerra cesará. Y cuando la guerra cese, si se socava la importancia del estudio del talmud, van a haber muerto no sólo miles de soldados, sino también millones de almas perdidas en la búsqueda de aquellos valores que en un principio las mantuvo juntas y las envió a la guerra.
El tiempo tiene la cualidad más hermosa de todas: la cualidad de transcurrir. Israel va por buen camino: 50 años de vida hicieron que un conflicto con varios países se reduzca al actual conflicto con dos grupos extremistas minoritarios.
La llegada de la democracia a las Naciones del Magreb representa una oportunidad para Israel de fomentar desarrollos sociopolíticos en toda la región, y rodearse de Naciones que amen la paz.
La pregunta yace en si Israel va a poder aprovechar esta crisis para traer una nueva era de armonía al Levante dando cuenta de que los cimientos del judaísmo son el estudio y la enseñanza, o caer en el error que cometieron otros pueblos: obviar los mensajes de paz y tolerancia que claman sus textos sagrados y vivir pensando sólo en la próxima batalla.

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