sábado, 23 de marzo de 2013

El verdadero precio del dólar

Se denomina precio al pago asignado a la obtención de un bien o servicio. Puede ocurrir que el bien en cuestión sea una divisa, por lo que se puede definir un precio unitario de la divisa.

En un mercado cualquiera, el precio puede estudiarse desde dos perspectivas distintas. Del punto de vista del comprador, el precio es una referencia de utilidad potencial. Desde el punto de vista del vendedor, el precio está ligado a la ganancia que desea obtener o al costo del producto, según la teoría económica que demos por válida.

Siguiendo la misma línea teórica, existen tres precios distintos: 
  • el precio de oferta es aquel al que el vendedor ofrece su producto, 
  • el precio de demanda es aquel que el consumidor está dispuesto a pagar y, 
  • el precio de mercado es el punto de equilibrio entre los dos primeros, es decir, es el precio al cual existen contratos de compra-venta reales.

Voy a reformular este último concepto para que no queden dudas: el precio de mercado es el precio al cual un bien o servicio pueden comprarse en un mercado concreto. 

Ahora, tratemos de asignar cada uno de estos tres conceptos a la realidad del dólar en Argentina. Al estar tan controlada (por no decir prohibida) la venta de dólares "oficiales", no hay ningún vendedor que fije el precio de oferta, por lo tanto el precio de oferta de dólares "oficiales" no existe. Ya podemos imaginarnos a dónde van a parar nuestras teorías económicas si empezamos así. Sin embargo, sí existen vendedores de dólares "blue", por lo tanto sí tenemos un precio de oferta "blue". Este precio hoy en día estará un poco encima de los $9.

El precio de demanda (aquel que los consumidores quieren pagar) está cerca del precio de oferta evidentemente, y las cosas parecerían indicar que subirá, ya que los compradores están cada vez dispuestos a pagar más pesos por un dólar (probablemente porque los dólares escasean y se cumple la Ley de Oferta y Demanda, riesgos y otros extensos motivos).

El día 21/3 el dólar blue se vendía a $8,75. Esto quiere decir que existieron contratos de compra-venta reales a ese precio y por lo tanto ese es el precio del mercado.

Lo que podemos concluir del análisis anterior es que a lo que llaman dólar "blue" no es más que el precio de mercado del dólar, el precio verdadero. 

Le dejo la tarea a los economistas más experimentados encontrarle un nombre (y un lugar en las teorías económicas) a ese dólar a $5 que sólo sirve para liquidar exportaciones, ese dólar que no se consigue en ningún lado pero que nos quieren hacer creer que sí.

jueves, 14 de marzo de 2013

Maradona, el Papa y el problema argentino.


El problema más grande que tenemos los argentinos es que pensamos que somos mejores que el resto. Permítanme desarrollar un poco esta idea: no es que pensamos que cada uno de nosotros es superior a los demás. Simplemente contamos con la suerte (y desgracia) de tener figuras internacionales influyentes y exitosas, y nosotros nos asimilamos a ellas, nos transformamos en ellas y nos adueñamos de su éxito.

Maradona es argentino! Qué orgullo! Ahora, en serio, alguien se puso a pensar en Maradona? Fue un excelente jugador llevado a las ruinas por la industria del fútbol y los excesos. Le dijeron tantas veces que era Dios, que se lo creyó; y ahora habla y actúa con total displicencia y con la seguridad de aquel que sabe, no se puede equivocar.

Maradona es uno de los últimos ejemplos de vida que le quiero enseñar a mis hijos (cuando los tenga). Antes de enseñar ejemplos de personalidades que fueron arrastrados por la marea, prefiero dar ejemplos de personas que siempre se mantuvieron fieles a sus valores, personas que no dejaron que nadie tome decisiones en su nombre y que, si se equivocaron, trataron de aprender algo de la peripecia.

Recientemente tuvimos una grata noticia: el nuevo Papa es argentino. La figura católica más importante del mundo, argentina. Ahora sí, nuestra soberbia pisa sin escrúpulos a lo que nos quedaba de humildad, y nos dan ganas de gritar al viento dónde nacimos.

Debemos estar orgulloso de nuestro país, por supuesto. Pero más orgullosos vamos a estar cuando quien que necesite un médico lo tenga a mano sin hacer horas de cola en un hospital. Cuando un chico pueda comer, estudiar, estudiar más, recibirse y encontrar un trabajo digno y bien pago. Vamos a estar orgullosos desde nuestras entrañas mismas cuando podamos salir a la calle sin miedo.

Nos propongo a los argentinos dos cosas. Primero, no confundamos celebridad con éxito y, segundo, no abracemos los triunfos ajenos para intentar demostrarlos como propios.

El camino al éxito no es otro que el de la solidaridad, la humanidad, la inteligencia. No busquemos alcanzar la cima del mundo tironeando las cuerdas de quienes ya se encuentran allí. Estudiemos, pensemos, trabajemos duro, y los caminos nos llevarán a donde querremos estar.

Política: qué, cómo y por qué.



Partiendo de la hipótesis que los seres humanos tienen aciertos y errores en todo el transcurso de sus vidas distribuidos aleatoriamente, y dando por sentado que el gobierno está formado por seres humanos, podemos deducir lógicamente que cualquier gobierno de turno tomará acciones correctas e incorrectas. Por el momento, dejemos de lado el análisis subjetivo acerca de lo que está bien o está mal.

Desde los primeros años de vida, los niños van al colegio a aprender a vivir en sociedad. Aprenden a comunicarse y a respetar al prójimo. Padres y maestros enseñan hasta el cansancio durante el crecimiento de hijos y estudiantes la importancia del arrepentimiento. Ponen énfasis constantemente en que equivocarse no está mal, pero que una decisión mal tomada debería ayudarnos a elegir mejor el camino en la próxima bifurcación.

Lo alarmante de la clase política moderna es que parecería haber ido a la universidad sin pasar por primer grado. No saber comunicarse y no saber arrepentirse no es una muestra de arrogancia, es un comportamiento infantil. Y este comportamiento infantil creado por una ceguera voluntaria trae como consecuencia una parálisis de acción, ya que quien no sabe arrepentirse, nunca sabrá corregir un error. 

Tal vez el modelo Kirchnerista sea el adecuado. Tal vez no. O probablemente sea el adecuado para algunos y no para otros. Pero lo que seguro no es adecuado es el extremismo que utilizan para comparar y para defender sus acciones. Los que piden libertad no piden anarquía. No todos los que piden dólares los necesitan para ir a comprar ropa al exterior. Los cacerolazos no ocurrieron sólo en Recoleta y no toda la clase media está conformada por Gorilas que obtuvieron dinero robando. 

Quienes conforman este Gobierno tienen patrimonios altamente superiores al 99% restante de la Argentina y aun así están queriendo enseñar que viajar está mal, aunque sea a un congreso. Están queriendo enseñar que la libertad de opinión y acción se castiga con límites en los recursos económicos disponibles y lo que es más terrorífico, están enseñando que ser exitoso está mal.

Este Gobierno, con sus aciertos y desaciertos, puede profundizar el modelo tanto como desee, pero siempre le va a faltar una mitad para completarlo: la mitad de la retroalimentación que no quiere ver.

Una nueva cultura organizacional


“Vendí todos los activos que me generaban gastos fijos”- me dice el Gerente, que no se preocupa por las apariencias y sin tapujos me cuenta que se tuvo que comprar un traje para ir a la oficina de Guillermo Moreno- “Reduje la nómina de personal un 60%. La gente gasta, cuanto menos gente, menos gastos”. Me explica que se está creando una forma de liderazgo, una nueva cultura de empresa en plena expansión: “Yo tengo que aumentar el EBITDA y el valor de las acciones. Si me das a tu madre, la vendo”.

 Los vaivenes de la economía y las constantes amenazas de crisis (si es que ya no nos encontramos en el fondo de una) están cambiando la forma de administrar empresas. Este nuevo método está en pleno auge en Latinoamérica y se está expandiendo hacia el Norte, con gran apoyo de los gobiernos. La nueva cultura deja de lado aviones empresariales,  viajes en clase ejecutiva, oficinas con frutas y choferes. La tendencia lleva a las organizaciones a la simplicidad: una notebook para cada uno, escritorios libres, muebles sin renovar. Basta de lujos innecesarios. De esta forma se eliminan los gastos y se mejoran los resultados contables de la empresa, fiel reflejo del valor bursátil.

-“Qué preferís? Oficinas lindas y un sueldo de 5 mil pesos u oficinas feas y 10 mil? Seguro que si te doy 50 trabajás en la fábrica”.
-“Bueno, pero los beneficios a los empleados y trabajar en un ambiente lindo da un retorno intangible, difícil de medir”.
-“Nosotros te damos plata. Si querés, usala para pintar las paredes de tu oficina”.

La nueva forma de gestión tiene sólidas bases en los valores. La meritocracia aplicada a todos los niveles se ve día a día: jóvenes generando resultados escalando en la estructura con gente a cargo que duplica su edad: “Ganas le gana a experiencia” dice el Gerente.

La confianza en los empleados es plena, se delega completa autoridad y responsabilidad para tomar decisiones. Los fracasos son éxitos si dejan una enseñanza, y tanto unos como los otros son propios.

El nuevo foco empresario hace hincapié en la calidad y en compartir el conocimiento: “Si se encuentra una receta para mejorar un proceso pero vos ya lo sabías 3 meses antes, nos hiciste perder plata 3 meses”. A la nueva cultura empresarial le gusta la simplicidad, porque ésta alimenta la agilidad, y la agilidad alimenta el éxito. El personal está orientado a los resultados: “Querés trabajar 3 días por semana? Trabajá 3 días por semana. Querés trabajar a la madrugada? El lunes no venís? No me des explicaciones. A fin de mes vemos los resultados y si funcionó, bien”.

El personal se mantiene motivado por los evidentes casos de éxito y bajo los efectos del llamado valor Nike: nada es imposible. “Soñar grande y soñar chico toman el mismo trabajo, así que mejor soñá grande”.

El pegamento que mantiene todos los valores intactos es la ética. Comportamientos dudosos son inaceptables. No se dan coimas para aumentar ventas o ganancias, no se dan regalos a sindicalistas. Se pagan todos los impuestos y así se mantiene una relación estable con el estado independiente del gobierno de turno: “Hace 22 anos que no tenemos una huelga”.

Nos encontramos en el advenimiento de una nueva cultura organizacional. Una cultura que deja de lado excentricidades y cuida la plata de la empresa. Una cultura que busca maximizar ganancias aumentando ventas y reducir costos mejorando los procesos, igualito a la teoría de los libros.

Está bien que los ortodoxos puedan estudiar Torá en vez de ir al ejército?



Cualquier judío reconoce que la situación actual de Israel requiere, de manera imperiosa, mantener y fomentar una fuerza militar para la defensa de la Nación. Si no fuera por la determinación que tuvo la Nación Judía en reformar su estructura de defensa luego de que Francia abandonara su patronazgo, Jerusalém hubiese caído.
Indudablemente, hoy en día existen suficientes amenazas a la soberanía de la Nación como para justificar poner énfasis en la seguridad doméstica.
Sin embargo, éstas son consideraciones de carácter circunstancial. Si bien hoy en día Israel está bajo asedio, no se puede vivir suponiendo que uno estará hostigado por siempre. Si no se lucha para obtener un porvenir pacífico en el futuro, ¿para qué sufrir?
El ejército es una necesidad, pero una necesidad temporal. El Israel de la paz y la cultura no debe ser opacado por las amenazas bélicas. La enseñanza de las yeshivot infunde un valor a la Nación, le da su esencia de Nación Judía. El estudio es lo que le da valor a la Tierra, que de lo contrario sería un desierto seco de cultura. Renegar la religión con el pretexto de salvaguardarla es lo mismo que fundir todo el oro de un reino para labrar armas para defenderlo.
Dijo Rabin en su discurso en Oslo, 1994 “La vista desde el avión es imponente: mares azules, bosques verdes, montañas grises y tejados rojos. Pero también hay cementerios, tumbas que se extienden hasta el horizonte”. El sueño de Rabin se cumplirá: la guerra cesará. Y cuando la guerra cese, si se socava la importancia del estudio del talmud, van a haber muerto no sólo miles de soldados, sino también millones de almas perdidas en la búsqueda de aquellos valores que en un principio las mantuvo juntas y las envió a la guerra.
El tiempo tiene la cualidad más hermosa de todas: la cualidad de transcurrir. Israel va por buen camino: 50 años de vida hicieron que un conflicto con varios países se reduzca al actual conflicto con dos grupos extremistas minoritarios.
La llegada de la democracia a las Naciones del Magreb representa una oportunidad para Israel de fomentar desarrollos sociopolíticos en toda la región, y rodearse de Naciones que amen la paz.
La pregunta yace en si Israel va a poder aprovechar esta crisis para traer una nueva era de armonía al Levante dando cuenta de que los cimientos del judaísmo son el estudio y la enseñanza, o caer en el error que cometieron otros pueblos: obviar los mensajes de paz y tolerancia que claman sus textos sagrados y vivir pensando sólo en la próxima batalla.

Títulos universitarios



Hace mucho tiempo me empecé a preguntar, qué entrega un título universitario? Cómo se llega a ser un buen profesional?

No creo que cualquier título valga lo mismo. Sin embargo, encontré una similitud muy interesante entre todas las carreras: cuando una persona termina el proceso de aprendizaje que le merece su certificado, no sabe tanto. Sí, eso escribí. Relean la oración.

Me di cuenta después de algunos años de estudio, que lo que se rescata de horas y horas de estar sentado frente a los libros, no son los contenidos en sí, sino la capacidad de aprehender información nueva y técnicas de trabajo que abarcan los temas que se estudiaron por tanto tiempo.

Si a estudiar se aprende estudiando, y a andar en bici se aprende a los golpes, la analogía me tienta, me hace pensar que a trabajar, se aprende trabajando.

Es muy difícil que el médico recién recibido cure un paciente, el ingeniero recién recibido resuelva los problemas de una planta de producción o que el músico recién recibido se suba a un escenario y deje a la audiencia con la boca abierta.

Todo lo anterior es posible, y lo demuestran miles de profesionales día a día. Entonces, cómo funciona?

Lo que hace que un profesional sea un buen profesional, son las horas de vuelo, la capacidad de aprender y de trabajar en equipo, no la información que guarda en la cabeza proveniente de sus años de universidad, porque aquello, una vasta cantidad de veces, es banal.

Personalmente, creo que un título certifica que el profesional en cuestión se encuentra preparado para seguir aprendiendo.